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domingo, 5 de septiembre de 2010

La Música…. Un vivir Mas Allá De Un Escuchar

Por si se pierden y tienen dudas de quien escribe este articulo, pues soy yo…. Paula Andrea Chaves!

Y si han visitado mi blog se han podido dar cuenta que me encanta la música y siento una gran pasión por ella.

En esta ocasión quisiera compartir con los que se interesen por leer este articulo, algo que nunca había hecho para el blog… mi sentimiento hacia la música…
Inicio diciendo que este articulo nace de un concierto que he visto en el día de hoy, de la Orquesta sinfónica Juvenil de Colombia Y La YOA, Orquesta de las Américas… se que a muchos este “plan” les parecerá bastante aburrido pero, si se pudieran imaginar arriba de un escenario tocando para todo un público que espera lo mejor de ti, sentir los nervios y la ansiedad por saber que todo saldrá bien, y que todo por lo que has luchado y lo que has vivido durante el proceso para el montaje de cada obra será recompensado por el querer de quienes te escuchan y valoran tu talento.

Sé que muchas personas pueden decir “Hey! me gusta la música”, pero realmente te encuentras a tan pocos que en realidad sienten una pasión por ella.
El ver interpretar a aquellos músicos con tanta propiedad sus partituras, te da la sensación de que cada nota, cada silencio y cada copas compuesto por ellas cuenta una historia acerca de tu vida y tu sentir por un instrumento. La historia de la que hablo puede estar escrita en un papel con pepas y líneas pero en realidad es cada quien el que decide hacerla suya y apropiarse de ella, queriendo contar la versión de una historia que puede que surja de lo más oscuro de un bosque embrujado, como del país de los sueños que algunos podemos plantearnos en sueños… Pero en ocasiones las sensaciones se mezclan, y sus protagonistas en las acentuaciones en alguna parte de la obra pueden ser monstruos, brujas o incluso duendes que finalmente resultan desvaneciéndose entre las melodías de la imaginación de ensueño, con princesas y colores vivos que hacen que la emoción de quien la escucha se trascienda a otro plano de la realidad.

No me queda mas por decir, que el sentir la música como la siento es sencillamente GENIAL!

Vivir entre notas y sonidos es construir un mundo en donde todos interpretemos unidos”


Elaborado Por: Paula Andrea Chaves Pérez

Fecha: 24 De Julio Del 2010

domingo, 29 de agosto de 2010

Historia de la Musica Clasica (1600-2000)

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ANDERSON - JAZZ PIZZICATO.wmv

Leroy Anderson


En esta ocasion quiero compartir con ustedes una breve biografia de otro de nuestro compositores clasicos... Leroy Andersen!

Descendiente de padres suecos, tomó sus primeras clases de piano en su casa, impartidas por su madre. Decidió continuar sus clases de piano con el profesor Henry Gideon en el Conservatorio de Nueva Inglaterra.

En 1926 Ingreso A La Universidad De Harvard, donde el estudió teoría con Walter Spalding. Se graduó como Maestro de Artes en 1930. En 1942 estuvo en la Armada De Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial. En 1958 formó su primera orquesta, la Meredith Willson's 76 Trombones. Ese mismo año escribió su propio musical, llamado Goldilocks.

Estuvo en la Boston Pops Orquesta bajo la dirección de Arthur Fielder. Jhon Williams describió a Leroy Anderson como "uno de los más grandes maestros de música de orquesta"
Es muy conocida su obra "La máquina de escribir " (apara la película de animación 101 Dálmatas) en la que se combinan instrumentos de la orquesta con sonidos no musicales.

Murió de un Cáncer de pulmón en 1975.

miércoles, 21 de julio de 2010

Danza húngara No. 5

Ahora Les Mostrare Una Obra Llamada La Danza Hungara Del compositor y musico Johannes Brahms... Les Dejo Aqui su biografia y posteriromente esta obra interpretada por la Orquesta Sinfonica Juvelin Batuta Bogota!

De origen alemán, es uno de los compositores más importantes del siglo XIX, cuyas obras combinan lo mejor de los estilos clásico y romántico. Brahms nació en Hamburgo el 7 de mayo de 1833. Después de estudiar violín y violonchelo con su padre, contrabajista del teatro de la ciudad, Brahms se especializó en el piano y comenzó a componer bajo la tutela del maestro alemán Eduard Marxsen, cuyo conservador gusto musical dejó una profunda huella en él. En 1853 inició una gira de conciertos como acompañante del violinista húngaro Eduard Reményi. Durante esta gira conoció al violinista, también húngaro, Joseph Joachim, quién lo presentó al compositor alemán Robert Schumann. Schumann se quedó tan sorprendido con las composiciones de Brahms, obras aún no editadas, que escribió un apasionado artículo en una revista de la época sobre el joven compositor. Brahms cobró un sincero afecto a Schumann y su mujer, la famosa pianista Clara Josephine Schumann, y esta amistad y el aliento que recibió de ellos le proporcionaron energías para trabajar sin descanso. Muchos biógrafos han escrito sobre la atracción que sentía Brahms por Clara, aunque nunca se la reveló abiertamente, ni siquiera tras la muerte de Schumann en 1856, y jamás se casó.

En 1857, Brahms fue nombrado director del teatro de la corte en Delmont, donde permaneció hasta 1859; después, viajó durante varios años por Alemania y Suiza. Su primera gran obra presentada al público fue el Concierto nº 1 para piano y orquesta en re menor, que fue ejecutado por él mismo en Leipzig en el año 1859. Sin embargo, la composición no fue muy bien recibida ya que por entonces los conciertos donde aparecían pasajes virtuosísticos eran los que gustaban al público, y éste primero de Brahms carecía de ellos. El compositor marchó a Viena en 1863, donde lo nombraron director de la Singakademie (Academia de Canto), aunque abandonó el puesto un año después. En 1868, Brahms adquirió fama en toda Europa debido al estreno de su Requiem alemán, llamado así porque el texto está tomado de la traducción alemana que hizo Lutero de la Biblia, en vez de utilizar el texto en latín, como normalmente se hacía. La obra, dividida en siete partes, se centra más en el dolor y los lamentos de aquellos cuyos seres queridos se han ido, que en la reacción entre el destino y la muerte. Brahms se estableció en Viena en 1871, donde sería nombrado director de la Gesellschaft der Musikfreunde (Sociedad de los Amigos de la Música), aunque en 1874 renunció a este puesto para, de esta manera, dedicar todo su tiempo a la composición.

Hasta 1873 Brahms había escrito sobre todo música para piano, el instrumento que mejor conocía, y para coro y orquesta (continuó escribiendo música para piano hasta su muerte). Ese año compuso las Variaciones sobre un tema de Haydn en versión orquestada. Estas variaciones demostraron su maestría en la composición de música para orquesta y fue el comienzo de sus grandes obras, que se cuentan entre lo mejor de la composición musical de todos los tiempos. Entre sus obras maestras se encuentra la majestuosa Sinfonía nº 1 en do menor op. 68 (1876); la suave y dulce Sinfonía nº 2 en re mayor op. 73 (1877); la Obertura del festival académico op. 80 (1880), que contiene canciones de estudiantes alemanes; la sombría Obertura trágica (1881); la poética Sinfonía nº 3 en fa mayor op. 90 (1883), y la Sinfonía nº 4 en mi menor op. 98 (1885), con su emocionante y brillante final. Todas estas obras muestran una estructura muy compleja, heredada de la tradición vienesa clásica. Al contrario que sus coetáneos, Brahms rechazó el uso superfluo de nuevos efectos armónicos y cromatismos.
Se esforzó más bien por componer música de gran coherencia interna, utilizando los efectos nuevos o infrecuentes sólo para subrayar los matices estructurales internos. Así pues, sus mejores obras no contienen añadidos innecesarios: cada tema, figura y modulación están anunciadas en los pasajes precedentes.

El clasicismo de Brahms fue un fenómeno único en sus días, ya que no seguía las tendencias marcadas por la moda musical de su época, representada por el compositor alemán Richard Wagner. A pesar de que Brahms hizo revivir una tradición musical como ningún otro compositor había conseguido desde Ludwig van Beethoven, no estuvo completamente aislado, y la riqueza emocional del espíritu romántico impregna su música. Por desgracia, es poco lo que se sabe sobre el método de trabajo de Brahms. Era tan autocrítico que quemó todo lo que compuso antes de los 19 años, al igual que los borradores de obras más tardías. Es sabido que solía reelaborar una misma pieza pasados incluso diez o doce años de una creación, y que antes de dar a la obra su forma final, la transcribía para distintas combinaciones de instrumentos. Brahms murió en Viena el 13 de abril de 1897. Su obra abarca todo tipo de música menos ópera. Otros trabajos importantes aparte de los anteriormente mencionados son la Schicksalslied (Canción del destino, 1871), una versión musical de un poema escrito por el autor alemán Friedrich Hölderlin, para coro y orquesta; el Concierto para violín en re mayor op. 77 (1878), que se ha transformado en obra obligada en el repertorio violinístico; tres cuartetos de cuerda; cinco tríos; un quinteto para clarinete; varias composiciones para música de cámara combinando distintos instrumentos, y más de 150 canciones.


Danzas Húngaras

Las danzas húngaras (alemán: Ungarische Tänze) de Johannes Brahms (WoO 1), es un grupo de veintiuna alegres danzas, basadas su mayoría en temas húngaros. Las danzas 11, 14 y 16 son originales. Duran entre uno y cuatro minutos. Brahms originalmente las compuso para piano a cuatro manos, y luego arregló diez de ellas para piano solo, y algunas otras (números 1, 3 y 10) para orquesta. Varios compositores, en especial, Antonín Dvořák, han orquestado las demás. Quizás la más conocida es la Danza Húngara n°5 en fa sostenido menor (sol menor en la versión orquestal).

De todas las Danzas húngaras se han hecho innumerables versiones clásicas, acústicas, con nuevas tecnologías, entre ellas la de el grupo de Folk Metal de origen español Mägo de Oz; justo al final de la canción El Santo Grial del disco La leyenda de la Mancha.1 En ellas se encuentran algunas de las piezas más populares del compositor. Además, las danzas húngaras influenciaron a muchos compositores clásicos en la composición de sus obras, en especial a Antonín Dvořák, claramente apreciable en su serie de Danzas eslavas.